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Mostrando entradas de abril, 2017

Cosas que aprendimos con el porno.

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 - ¿Sabes lo que es una teta?   - Uy, Sí.     The Simpsons.  Siempre hay un chica ligera de ropa esperando sola en casa al fontanero.  Otro polvo conocido como farlopa retrasa el tierno segundo del te quiero.  En esta industria se paga por gemido, aquí la buscona no es tan desorejada, sólo quiere aparecer en una portada  de la revista con la que se alivia el salido.  Los cines X son tugurios de calle estrecha, donde acude el soltero con gabardina y la madre luctuosa e insatisfecha a masturbarse lejos de la cruel rutina.  Si quieres dedicarte al porno, tus pezones serán mordidos por ojos ávidos e ilusos, también has de saber los diferentes usos de la palabra fuck y sus declinaciones.  Todo correcto en los primeros planos, hasta que el marido infiel desenfunda, provocando el desnudo a dos manos de la secretaria con garganta profunda.  Tres mejor que dos, dos peor que uno, lo que importa es el número y el tamaño, tú t

A la semana de todo menos santa.

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Hice un relato a mis 19, casi no ha llovido, sobre la Semana Santa. He intentado rescatarlo de mis papeles pero posiblemente acabó en la hoguera, me llevo fatal con lo que escribo, en fin, que el relato trataba sobre un personaje que va a la catedral de su ciudad, justo después de estas fiestas, para hablar con una talla de Cristo. El redentor le cuenta que se siente solo, que casi nadie lo visita ya, que después de la pompa y las flores todo acaba. Se queja y maldice de todos los quebradizos cristianos que llevaron a hombros un trozo pesado de madera y ahora olvidan. El prota, después de escuchar las inclemencias, abre la verja de la capilla y le ayuda a escapar. Los dos salen por la puerta del templo dejando atrás el incienso y su dogma innecesario. Y ahí puse la palabra fin.  Sería un mal texto supongo, y como no doy ni con sus cenizas, he fabricado el poema de abajo. A falta de pan, buenas son tortas. ¿Y esto por qué? Pues porque no aguanto la Semana Santa. La gente peca m

Mi furia ardiente.

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Él queda tendido en la calzada, casi no puede respirar. Yo subo al coche intentando no ponerlo todo perdido. Los nudillos y las botas llenas de sangre que no es mía. Con manos temblorosas llamo a emergencias, al colgar dejo la pantalla del móvil pintada de rojo. Creo que ha tenido suficiente. Si sale de esta no volverá a hacerlo. Mi suela aplasta su cabeza contra el asfalto. Se arrastra por el suelo, va dejando un reguero de sangre. Tiembla. Vuelvo a patearle el estómago, la bilis quema su garganta. Hay una mancha en la entrepierna de su pantalón. Está rendido. ¿Te ha quedado claro hijo de puta? Continúo pegando, mi rabia se desata ante el abuso a los indefensos. Él escupe esquirlas de dientes, sangre densa y negra como la injusticia. Miro hacia arriba, la noche se ha vuelto más oscura, es mi cómplice, tengo su beneplácito para seguir. Ojos de gatos me espían desde la maleza, satisfechos. Mi tibia le hace caer al suelo y retorcerse de dolor. Para, para ya por favor. Tiene la n

Cuando duermo en tu cama.

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 " Ser mal poeta no implica una gran tara."              FBR.              Cuando duermo en tu cama aparece en mis sueños una ciudad de Francia, siempre ocurre, cierro los ojos y la veo, lejana, onírica, apacible, trabajosa.  No es París, no es Marsella, es una ciudad que huele a norte, y está cerca de un mar con escarcha.  Lo sé porque una brisa húmeda  juega a dejar frío en mis labios.  Los dos nos perdemos en busca de un hotel, hay fábricas expulsando humo gris hacia las nubes, al lado de un río huérfano de peces.  Llegamos muy temprano, siempre es viernes, y los niños de la misteriosa ciudad se dirigen a la escuela con la cabeza gacha, los ojos escudriñando la pantalla esclavista de sus móviles.  Yo lo veo todo a través de una ventana sucia de niebla, la ventana de un taxi onírico, fantasmal, tú vas a mi lado vistiendo pupilas dilatadas, pelo alborotado, esperanzas de colores.  Hablas sobre los museos que vamos